La oleada turismofóbica que azota a Canarias, con manifestaciones en los últimos días contra el modelo turístico del archipiélago, ha encendido la luz de alarma en Baleares, con algunos actores que temen que las protestas puedan replicarse en las islas por el hecho de contar con algunas características similares (Canarias: protestas multitudinarias contra el turismo de masas).
Diario de Mallorca recoge el testimonio de un doctor en Geografía, cuyo nombre no figura, que apunta que “en Baleares se dan las condiciones para que pudiera producirse una manifestación como la de Canarias. Las demandas son replicables aquí. Si hay una buena organización y contenido, podría activarse en cualquier momento” (Los antiturismo llegan al Congreso con una concentración descafeinada).
“El caso es que hay suficientes motivos para movilizarse como allí y nuestra sociedad es muy activa. Padecemos un desgaste de la movilización tras ocho años de políticas supuestamente progresistas”, expone. Además, considera que “no se trata únicamente de una cuestión material, sino también de identidad colectiva. En nuestro caso es una situación de expulsión masiva, un proceso de desintegración, por lo que habría una parte emocional a tener en cuenta”.
Por su parte, una activista y educadora ambiental coincide en que “lo de Canarias me da la esperanza de que aquí también podremos volver a movilizarnos. Si algún colectivo o colectivos lo impulsan”. Pese a que la sociedad balear lleva casi una década sin manifestarse, esta explica que se debe a que “siempre es más complicado que suceda con gobiernos de izquierda”. “No porque sean de los nuestros, sino porque siempre tienes una expectativa sobre lo que harán. Dan mensajes que acaban creando unas expectativas en la gente”.
La parte que sí se muestra tranquila es la de la presidencia del gobierno autonómico. Marga Prohens cree que “ahora mismo sería complicado que se diera una movilización tan numerosa como la que ha tenido lugar en Canarias”, ya que “la situación que viven allí es peor que la de aquí a nivel socioeconómico”.
Detalla, en primer lugar, que “las cifras de exclusión social, pobreza y precarización son superiores a las nuestras”. Asimismo, “el debate sobre el decrecimiento que ha empezado allí, es incipiente. Y además se siguen aprobando sin control y sin tener en cuenta los impactos medioambientales macroproyectos turísticos.
Con todo ello, resume que “el nivel de desesperación es más elevado que aquí y toda la clase trabajadora está muy unida, ha sido el motor de esta movilización, cuyo detonante final creo que ha sido el tema de la vivienda”.