Los noruegos que dirigieron Norwegian repiten historia, ahora con Norse Atlantic, la nueva aerolínea que hace vuelos transatlánticos desde Londres, París o Roma. Se han quedado sin tesorería, lo que significa que la compañía va muy mal. Y se han librado de dejar impagos por todos lados porque ha conseguido que las emisoras de las tarjetas de crédito, con las que los pasajeros pagan los vuelos, les anticipen efectivo (Norse Atlantic no logra un acuerdo con un inversor).
Esto ocurre en pleno julio, o sea que nada de temporada baja. El día 2, Norse Atlantic lanzó una especie de SOS, afirmando que no tenía liquidez, porque el periodo de reservas de verano había sido más lento y había retrasos en los cobros de las tarjetas, lo que dejó a la compañía sin dinero.
La solución fue renegociar con las emisoras (Visa y Master Card, obviamente) para cobrar antes. La aerolínea celebró el acuerdo destacando que ahora tiene estabilidad operativa y podrá cumplir con sus obligaciones financieras. A medio y largo plazo, dijo que va a planificar su tesorería con más calma, para no enfrentarse de nuevo a situaciones de este tipo.
En realidad, no todo queda arreglado porque este mes de julio el valor de la empresa en la Bolsa de Oslo se hundió en casi un 50 por ciento. En un año, el precio de una acción pasó de 21 coronas a menos de cuatro (algo así como pasar de 1,8 euros a unos 40 céntimos por acción.