La ciudad de Alicante es uno de los puntos de España que está sufriendo con mayor dureza el auge del alquiler vacacional. Numerosos vecinos vienen denunciando problemas de convivencia y masificación del destino, mientras que el segmento del alquiler residencial está siendo golpeado por el alza desmesurada de precios. (El desmadre de los pisos turísticos: Alicante, peor que Tenerife, Málaga y Mallorca)
Tal y como recoge el diario Información, en el año 2000, la ciudad contaba con apenas 397 pisos destinados al uso turístico. Veinte años después, esa cifra se disparó hasta más de 4.000, casi diez veces más, duplicando en plazas a los hoteles. Esa cifra sin contar la oferta irregular, que, en muchos casos, llega a representar un alto porcentaje de la cifra total. (“La vivienda turística se escapa de todo lo regulado y no tiene control”)
Carlos Gómez Gil, sociólogo, apunta que el alza descontrolada de los pisos turísticos ha provocado “transformaciones urbanas indeseadas”, y confirma que las calles de la ciudad están inundadas de turistas por culpa de este segmento. “Buena parte de las ciudades del mundo están avanzando en ello y creo que Alicante debería evitar que la ciudad siga abandonada a un turismo sin límites”.
Pero esta tendencia se viene observando en el conjunto de la provincia de Alicante. Como publicó Preferente, con unos 34.061 apartamentos, acapara más del 10% de los que hay en todo territorio nacional. También ocurre, aunque en menor medida en Valencia, e incluso en Benidorm, aunque en este último la presión es menor por la potencia de la industria hotelera.
Es por ello que desde la consejería de turismo de la Comunidad Valenciana ya avanzan en su regulación. La consejera, Nuria Montes, gran conocedora del sector, ha afirmado que se “está empezando a estudiar modernizar la regulación de las viviendas turísticas para poder acabar con la economía sumergida y hacer un uso pacífico y sostenible de este tipo de alojamientos”.
El guante ha sido recogido por el Ayuntamiento de Alicante. Aunque su concejala de Urbanismo, Rocío Gómez, cree que los pisos turísticos “suponen una oferta complementaria necesaria”, es firme partidaria de “buscar un equilibrio mediante su regulación”.
