Los datos posteriores al siniestro del martes en el aeropuerto Haneda, de Tokio, confirman que la evacuación de los 367 pasajeros y doce tripulantes del Airbus A350 de Japan Airlines fue un ejemplo por su perfección, rapidez y orden. La operación contrasta espectacularmente con la evacuación el 18 de noviembre de 2022, en Lima, del avión de Latam Airlines que había sido chocado por un camión de bomberos y que, en este caso por mucha suerte, no provocó más víctimas. (Terrible accidente: un avión de Latam choca con un camión de bomberos)
En el caso japonés, la evacuación tuvo lugar en algo menos de los 90 segundos que la legislación de seguridad exige a los aviones, también a los de este tamaño. En este caso es mérito de la tripulación es extremo dado que el avión quedó sin altavoces interiores, por lo que hubo de emplearse megáfonos. La tripulación, que había visto chispas en la parte trasera, decidió únicamente habilitar los toboganes delanteros y en la trasera izquierda, no en la parte trasera derecha. (Un avión de Japan Airlines con 379 pasajeros aterriza envuelto en llamas)
Igualmente, sorprendente fue la reacción en calma y ordenada de los pasajeros, entre quienes apenas se registraron menos de dos decenas de heridos de menor consideración. Los pasajeros salieron del avión sin sus pertenencias que, por cierto, se perdieron con el consiguiente incendio. Nadie mostró señales de pánico, incluso siendo de noche, lo cual siempre complica estos casos.
Es curioso cómo la tripulación espera instrucciones de los pilotos, que disponen de información más completa. Esperar en calma en esos momentos es absolutamente difícil, pero es lo que marcan los protocolos.
En el caso peruano, en cambio, la mayor parte de los pasajeros bajaron con su equipaje de mano, lo que generó complicaciones adicionales en la evacuación, pese a que tampoco el fuego provocó víctimas entre los pasajeros.
