Clément Beaune, el ministro de Transportes y Turismo de Francia, acaba de reunirse con la plana mayor de los operadores turísticos para pedirles que haya calma ante la ola de denuncias por chinches en el país, muy especialmente en París y sus alrededores.
La reunión pretendía informar de cómo va la batalla contra esta plaga que amenaza al turismo apenas un año antes de los Juegos Olímpicos que tendrán lugar el verano que viene. El ministro hizo “balance de los informes recibidos en las últimas semanas, objetivar la situación en el transporte, evaluar los protocolos de vigilancia y reforzar las medidas para tranquilizarla y proteger a los usuarios”.
El problema más alarmante está en la SNCF, la compañía estatal de trenes, que se ha visto ahogada en chinches. Algo similar ocurre con la RATP de París.
El ministro advirtió de la necesidad de evitar la psicosis que alimentan los medios de comunicación, sobre todo de Estados Unidos. La CNN ha mostrado chinches en el medio del aeropuerto Charles De Gaulle, pero el gobierno dice que los vídeos no se han verificado.
Ahora la campaña se centra en evitar la difusión de noticias sobre este fenómeno. Algunos expertos indican que “las chinches siempre han existido, pero la diferencia ahora es que se han publicitado ampliamente los casos”.