Como si ellas no lo supieran, la Comisión Europea envió ayer a veinte aerolíneas europeas otras tantas cartas advirtiéndoles que cesen de engañar al público con sus declaraciones de sostenibilidad que no son demostrables (Denuncian a 17 aerolíneas por mentir sobre sostenibilidad).
La Comisión –que por cierto si aplicase estos mismos criterios tal vez podría ella misma encontrarse en aprietos– enumera en su misiva los engaños a los que las aerolíneas someten a los consumidores y les advierte de que deben cesar en ello.
Por ejemplo, usan el término “Sustainable Aviation Fuel” (SAF), sin explicar el impacto que tienen; o términos como ‘verde’, ‘sostenible’ o ‘responsable’, implícitamente dando a entender que su negocio no contamina.
La Comisión dice que estas prácticas son engañosas y menciona los artículos mediante los cuales podría estar sancionando a las aerolíneas, pero sólo les advierte de que deben cesar en estas prácticas. La carta explica que ha de primar la transparencia en las relaciones con los consumidores y que para ello deben dejar de atribuirse logros ambientales.
Bruselas denuncia cómo se engaña mediante la atribución de emisiones muy bajas por pasajero, con el truco de cargar una parte sustancial de las mismas a la carga que va en la bodega. También denuncia que algunos calculadores de emisiones no tienen validez científica.
Hasta ahora, sólo la agencia para el control de la publicidad en Gran Bretaña había denunciado campañas de varias aerolíneas, incluso con sanciones, y algunos tribunales de Holanda. En el resto, incluida España, nunca se ha mencionado este tipo de engaños que en inglés se denominan “greenwashing” o “lavado verde”.