Pocas cosas hay tan atractivas como escaparse un fin de semana lejos de la ciudad para respirar aire puro y reponer fuerzas. Y mucho mejor si elegimos además un entorno que combine naturaleza, arte e historia. Como podrás ver tenemos un lugar en España que cumple todos estos requisitos: Carrión de los Condes, un precioso pueblo de la provincia de Palencia donde la Edad Media sigue estando muy presente. Punto de encuentro de peregrinos con destino a Santiago, quedarás fascinado con sus calles empedradas y edificios históricos, pero también con las leyendas que lo rodean. La más curiosa, la del “pacto del chocolate” que ocurrió durante la invasión napoleónica cuando las monjas de Santa Clara llegaron a un acuerdo con los soldados franceses: les invitarían todas las tardes a chocolate con picatostes a cambio de que respetaran el monasterio.
Qué visitar en Carrión de los Condes
Esta antigua ciudad palentina tiene tantas joyas medievales que es difícil saber por dónde empezar. Te aconsejamos que comiences el recorrido visitando su edificio más representativo: la iglesia románica de Santiago. Situada en la Plaza Mayor y construida a mediados del siglo XII, es famosa por su impresionante Cristo en Majestad o Pantocrátor. Pero sobre todo cuenta con una fachada que es una de las más bellas del románico palentino.
Y después de disfrutar de su Plaza Mayor, con forma trapezoidal y soportales, continuamos nuestro paseo por las calles empedradas y llenas de historia de Carrión de los Condes. Iremos encontrando antiguas casonas con espectaculares fachadas, como la de los Girón, del siglo XVII, o La Casa Grande (también un museo) situada en la plaza de San Julián y construida en estilo palaciego. Tiene la peculiaridad de ser la única que se conserva como era en origen, tanto en su arquitectura como en el mobiliario y la decoración. Otros lugares que te recomendamos son las murallas medievales y el histórico teatro Sarabia, del siglo XIX.
La leyenda del pacto del chocolate
Y después toca visitar el Real Monasterio de Santa Clara, que entre otras cosas, ha pasado a la historia por el famoso “pacto del chocolate” que tuvo lugar durante la invasión napoleónica. Fundado en 1231, al edificio mudéjar original se le fueron añadiendo nuevas construcciones hasta el siglo XVII. En la hospedería de este convento de clausura se alojan cientos de peregrinos al año. Por cierto, puedes aprovechar la visita para probar los famosos dulces que elaboran las monjas clarisas, como las Virutas de San José, los Cuellos de hojaldre de San Blas, las Pastas de limón y las Tortas de chicharrones o de Santa Clara.
La iglesia de Santa María del Camino
Y en esta ruta por el arte llegamos a la plaza de Santa María, donde se encuentra la iglesia de Santa María del Camino. De gran tamaño, fue construida en el siglo XII y es la más antigua que se conserva en el pueblo. Está declarada Bien de Interés Cultural y tiene una preciosa galería porticada que no debes perderte.
No sólo se respira arte, también naturaleza
Pero Carrión de los Condes no es solo una localidad monumental, también es un destino perfecto para disfrutar de la naturaleza. Y es que, como indica su nombre, por aquí discurre el río Carrión y lo cruzan varios puentes, aunque el más importante es el Puente Mayor. De piedra y construido en el siglo XI, durante la Edad Media era el paso de los peregrinos en su camino a Santiago. En esta zona se encuentra un espacio recreativo con jardines.
El Claustro de San Zoilo, una visita imprescindible
Al igual que los peregrinos cruzaban el Puente Mayor para ir en busca de pan y vino sin mesura (lo que dio fama a este convento), tú también tendrás que hacer lo mismo para llegar hasta el Monasterio de San Zoilo. De este antiguo refugio monacal destacamos su portada barroca, las dos celdas de su época carcelaria, pero sobre todo su impresionante claustro plateresco.
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