Dolor y gloria en la familia Hidalgo al evaporarse Iberia | Noticias de Aerolíneas, rss1


Iberia, como adelantó Preferente este jueves en primicia nacional a las 11 de la mañana, había comunicado a los principales acreedores de Air Europa que, tras los problemas de Bruselas a aceptar sus concesiones, iba a desistir de su compra, lo cual ha dejado sensaciones contrapuestas entre Juan José Hidalgo y sus hijos Javier, Maria José y Cristina.

El patriarca no dejó de decir que Bruselas nunca aprobaría esa operación por ser británico el dueño de IAG, y además con un accionista mayoritario catarí, pero sobre todo sus proclamas en contra de la compra eran un reflejo de su preferencia (Iberia dice a acreedores de Air Europa que desiste de comprarla).

Hidalgo padre quería mantener el estatus de reconocimiento público que solo le permite una de los dos mayores aerolíneas españolas, muy por encima de amasar varios cientos de millones, a diferencia del sentir de sus vástagos.

El presidente de Globalia, además, se ha llevado una buena suma, de unos 50 millones de indemnización para totalizar alrededor de 100 en este concepto, lo que le supone asimismo una de las formas de ganar dinero que más le gustan, comerciando con cláusulas y derechos, como históricamente corroboran sus operaciones con Boeing para compensarle retrasos.

Pero la gloria del fundador del grupo turístico que compró en 1991 a Air Europa contrasta con el drama que ha supuesto para sus tres herederos el fiasco de la transacción, puesto que en estos años se han ido alejando de una fuerte implicación en su aerolínea.

María José Hidalgo desde su base frente a los mástiles de la Bahía de Palma, o Javier Hidalgo ahora recluido en Ibiza hasta que amaine el Caso Begoña Gómez, llevan años suplicando a su padre que venda sus empresas, y solo faltaba la joya: la aerolínea.

Y conscientes de que Iberia (IAG) era el único candidato realista, tenían todas sus esperanzas en que esta integración avanzase, así que el jarro de agua fría para ellos ha sido mayúsculo, dado que ante el rechazo de Bruselas, ya queda claro que difícilmente volverá será posible encontrar un comprador a Air Europa.

La aerolínea dirigida entre Pozuelo y Llucmajor, con dos directivos de primera fila como Jesús Nuño de la Rosa y Richard Clark, ha encadenado dos ejercicios de beneficios récord, pero en adelante la coyuntura no parece tan despejada.

Iberia se prepara para minar a su rival, y para ello prevé tarifas de derribo a fin de provocarle una sangría de pasajeros, entre una coyuntura económica que cada quincena viene certificando una ralentización en el consumo (Air Europa: la cara y cruz para sobrevivir sin Iberia son sus 787).

Así, los beneficios de Air Europa, como los del resto de grandes aerolíneas, enfilan un descenso, lo que en el caso de la de Globalia se le suma una abultada deuda, unida a unos elevados intereses, y a unos herederos sin la motivación de su padre para proyectarla al futuro.

La fuerza del Gobierno como principal acreedor; el múltiplo entre deuda y beneficio; el declive del ánimo inversor mundial, o la devaluación de una flota de Boeing 787 Dreamliner con motores bajo revisiones frecuentes, obliga a los accionistas a una gran imaginación para encontrar soluciones, aunque el mayor de ellos se haya anotado otro gran éxito más al menos para el corto plazo.

 



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