Tras meses trabajando en profundidad, Boeing le ha presentado a la Aviación Civil americana (FAA) su plan para recuperar los controles de calidad en la fabricación. Este plan había sido exigido por parte de la FAA después de que el pasado 5 de enero un avión de Alaska Airlines perdiera la portezuela de emergencia tras partir del aeropuerto de Portland, en Oregón. Boeing había pedido 90 días para elaborar una hoja de ruta hacia la normalización de su calidad (Boeing nombra a un militar para el control de calidad).
“Esta es una guía de la nueva forma que tendrá Boeing en la fabricación de sus aviones”, dijo Mike Whitaker, el administrador de la FAA encargado del asunto, después de entrevistarse con Dave Calhoun, el responsable interino de Boeing, que está pendiente de ser reemplazado en el cargo. “Ahora Boeing tiene que ejecutar esta hoja de ruta”, añadió.
La sociedad americana ha ido sorprendiéndose al ver día tras día, sobre todo gracias a los ‘chivatos’, que Boeing prácticamente no tenía controles de calidad. En el caso del avión de Alaska Airlines, se corrigió un defecto en la portezuela, pero nadie volvió a sujetarla como tocaba al fuselaje, lo cual es indicador de una falta absoluta de procedimientos. En otros casos no existían o se perdieron los registros de qué se hacía en cada avión antes de su entrega (Aún quedan otros diez chivatos de Boeing, tras dos muertes).
Algunos clientes admiten que cuando reciben un avión de Boeing han de comprobarlo todo porque suelen encontrar hasta herramientas olvidadas, lo que apunta al caos interior con el que se producen los aviones.