Bel Oliver: cuando Sánchez sí cesó a una íntima de Armengol para salvarse | Noticias de Aerolíneas, rss1


El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se resiste a cesar a la presidenta del Congreso, Francina Armengol, a los pocos días de proclamar literalmente su “tolerancia cero con la corrupción”, “caiga quien caiga”, ya que “quien la hace la paga”.

El jefe del Ejecutivo, por ello, trató de forzar a su exministro de Transportes y exsecretario de Organización del PSOE, José Luís Ábalos, a dejar su acta de diputado, ante su vinculación con la trama del asesor Koldo García, quien se enriqueció con las comisiones por vender mascarillas durante la pandemia (Armengol y Globalia: ¿caiga quien caiga y tolerancia cero contra la corrupción?).

Sin embargo, el líder socialista ha eximido de este criterio a una expresidenta balear que esta semana compareció ante los medios eludiendo explicar por qué no reclamó inmediatamente, nada más conocer que incumplían los requisitos las mascarillas compradas a los relacionados con esta trama.

Tampoco Armengol hizo mención a por qué se pagó aceleradamente a la empresa de Koldo, ni al motivo que le llevó a avalarla para que cobrara de fondos europeos, lo que supone implicar recursos comunitarios en los pagos a la trama, y la probable principal causa por la que la Fiscalía europea ha iniciado una investigación al respecto.

La tercera autoridad del Estado evitó igualmente justificar su tardanza de tres años en reclamar a la empresa, y por qué solo lo hizo cuando iba a dejar el Gobierno autonómico, a la vez que omitió aludir en varias ocasiones si recibió una llamada de alguien vinculado a la trama para comprar las citadas mascarillas defectuosas.

Armengol, así, se demostró incapaz de desmentir que contratara la empresa de Koldo por indicación de Ábalos, quien días atrás había apuntado a una estafa por quebranto en estas irregularidades, respecto a un contrato al que ahora se señala a que no obedecieron a una situación de urgencia.

Pero Sánchez, pese a ello, la mantiene en su cargo, a diferencia de lo que hizo con Ábalos, sobre quien trató de hacer recaer toda la presión de su partido y su entorno, y de lo que hizo igualmente con una de las amigas más íntimas de Armengol como es Bel Oliver, a la que cesó fulminantemente como secretaria de Estado de Turismo en julio de 2020 tras solo dos años en el cargo.

Entonces, Sánchez acababa de sufrir varias bajas de ministros, y ante el escándalo por unos falsos certificados sobre el Covid que ponían en la picota a la ministra del ramo, Reyes Maroto, no podía permitirse una baja más en su Gabinete, y tuvo que optar por despedir a su segunda, a la que ofreció una onerosa salida en la OMT.

Oliver, colocada en los cargos por indicación de su íntima mallorquina, se incorporó con un comentado sueldo de 150.000 euros anuales a este organismo que lidera Zurab Pololikashvili, natural de Georgia, de donde también era cónsul honorario para Zamora otra pieza clave de la trama Koldo como Víctor de Aldama, también conocido por ser comisionista en el rescate estatal récord a Air Europa.

Precisamente, el organismo de la ONU aparece vinculado en la sociedad Wakalua –junto a Aldama y Javier Hidalgo– a Begoña Gómez, esposa del presidente Sánchez, quien fue patrocinada por la aerolínea –condenada por el mayor fraude al Estado de la historia por la estafa con el descuento de residente–, y quien visitó la oficina de Globalia en Pozuelo en al menos dos ocasiones pocas semanas antes de concretarse la ayuda pública.

Pero en cualquier caso, Bel Oliver representa un caso de cuando Sánchez sí cesó alto cargo para establecer un cortafuegos sobre sí mismo por un escándalo, mientras persiste en hacer una excepción con Armengol, quien desde su aforamiento va a afrontar una investigación de la fiscalía europea tras el cúmulo de incertidumbres acrecentadas por su omisión de explicaciones.

 



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