Francia suele ser uno de los destinos elegidos para pasar unos días de descanso debido a su cercanía con España. Cerca de la frontera encontramos localidades que son ideales para una escapada de fin de semana si estás en zonas de Aragón o de Cataluña. Al otro lado de los Pirineos tenemos pueblos para hacer turismo rural, mientras que si nos adentramos un poco más en el país podemos descubrir rincones únicos como es el caso de Rocamadour.
Este municipio es uno de los más bonitos del país, perfecto para descubrirlo tanto si es de día como de noche. Se trata de un pueblo vertical que está construido en niveles sucesivos en la ladera de un acantilado. Esto quiere decir que está suspendido a unos 150 metros por encima del cañón del Alzou. De hecho, sus casas, tejados e iglesias están incrustados que parece que forman parte de la roca.
Qué ver en Rocamadour
Tan solo 630 personas viven en Rocamadour, pero a diario reciben cientos de turistas que se animan a conocer todos los detalles de este lugar tan particular. Su entrada se encuentra en la puerta fortificada du Figuier que da paso a la rue de la Couronnerie, es decir, la calle principal donde se encuentran tiendas y restaurantes. Pasear por sus calles es volver a la Edad Media.
Este pueblo está dividido en tres niveles diferentes. En la parte más baja nos encontramos con la villa medieval, en medio, el santuario y en la parte de arriba, un bello castillo con unas vistas espectaculares. Rocamadour siempre ha sido un lugar de peregrinación. De hecho, es aquí donde se encuentra la réplica de San Amador y el santuario venerado de la Virgen Negra.

Tras entrar por la puerta fortificada, se llega a una escalera monumental. Habrá que subir 233 escalones para ir hasta la plaza en la que están las iglesias y capillas que están enclavadas a una pared rocosa. Eso sí, en el caso de que no puedas subir todas esas escaleras, el ayuntamiento habilitó un ascensor.
La capilla de Notre-Dame es uno de los edificios que se deben visitar cuando estás en Rocamadour. A pesar de que fue derruida por las Guerras de Religión y en la Revolución, se renovó en el siglo XIX. Cada día la visitan cientos de personas para ver la Virgen Negra y poder admirar la campana del siglo IX.

En la parte superior del municipio está el castillo. Se trata de una fortaleza medieval que tan solo tiene abierta al público las murallas y un jardín. Su interior permanece cerrado, puesto que es una propiedad privada. Es precisamente en las murallas donde podremos disfrutar de unas vistas espectaculares de Rocamadour y los alrededores del Parque Natural Regional de Causses du Quercy.
Además, se puede hacer el camino de la cruz, una ruta por diferentes estaciones del Víacrucis. En cada uno de los puntos de este recorrido se representan diversas etapas de la Pasión de Cristo.
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