Un Boeing 737Max de Southwest Airlines estuvo a apenas 400 pies (120 metros) de estrellarse contra el Océano Pacífico, tras una violenta caída. Las autoridades de la FAA ya están investigando lo ocurrido el pasado martes que, inicialmente, no parece vinculado al avión en sí mismo.
El aparato había partido de la isla de Honolulu y tenía que aterrizar 22 minutos después en el aeropuerto de Lihue, en la isla de Kauai, también en Hawái.
El vuelo 2786 había intentado aterrizar en el aeropuerto en una primera ocasión, pero las pésimas condiciones meteorológicas lo impidieron. Según el reporte que obligatoriamente los pilotos tuvieron que presentar, en el segundo intento, el avión cayó de los 16 mil pies (cuatro mil metros) a los 400. Tras abortar el primer intento de aterrizaje, el primer comandante cedió los mandos al primer oficial. Este, en un descuido, cambió la configuración de la potencia y al cortarla el avión cayó súbitamente. El descenso disparó las alarmas de la cabina que informan a los pilotos de la cercanía a la superficie. El comandante le ordenó a su segundo que diera más potencia a los motores, de manera que el avión volvió a subir rápidamente.
Finalmente, ante la situación, no aterrizó en Kauai y regresó a Honolulu. El vuelo, que tenía que haber durado poco más de veinte minutos, tardó 1 hora y 54 minutos para regresar al aeropuerto de partida.
Tras conocerse los detalles, tanto Southwest como a autoridad americana de la Aviación Civil (FAA) anunciaron investigaciones para aclarar lo ocurrido. Nada sugiere que el incidente tenga que ver con los problemas que ha tenido en el pasado el modelo de avión 737Max.