La Unión Europea ha comenzado a moverse para analizar qué cantidad de estelas de vapor dejan los aviones europeos en los cielos. Y también para entender mejor qué efecto producen esas rayas blancas que las aeronaves dejan a su paso. Y ya saben qué ocurrirá de inmediato: nuevas normas (Estelas de los aviones: su brutal impacto climático y cómo reducirlas).
Esta iniciativa de la Unión Europea genera muchas dudas (o más bien temores) entre las aerolíneas. Y enfrentamientos. La IATA, que es la patronal de las aerolíneas, ha hecho público un informe en el que habla de que es extremadamente complejo entender qué efecto tienen esas estelas en el medio ambiente. “La industria aeronáutica estamos trabajando para corregir el impacto de las estelas de vapor en el cambio climático. Para ello, primero debemos entender cómo se forman y reducir las dudas” sobre ellas, dijo el director general del lobby aéreo, Willie Walsh.
Esto, dice IATA, exige más experimentos, recoger más información, por lo que, por el momento, añade, no hay que regular lo que no se entiende, en parte porque algunas medidas podrían tener efectos negativos.
Mientras tanto, Easyjet, Ryanair y Wizz Air han enviado una carta a los responsables de la Comisión Europea para que los estudios que se están intentando hacer del impacto de las estelas abarquen todo el mundo y no sólo el interior de Europa. Para las tres low cost, la intención de las aerolíneas de IATA es que los estudios ignoren el largo radio, que constituye el 70 por ciento de las emisiones, y se centren en Europa. “Creemos que hay que entender qué ocurre con las emisiones de CO2 por las estelas, pero con datos globales para saber cómo mitigar el impacto negativo”, sostienen.
